Cucharas, choques y enfermeras

Corría el año 2003 y una llamada telefónica de mi amigo Ignacio a las 10:30 de la noche me despertó de mi primer sueño...

Ignacio: Carreta, salgamos toy prendío.
Yo: No socito, toy acostao y viendo a Gwyneth en una peli así que cero posibilidad.
Ignacio: Tengo carrete con tres minas y llamemos al 6º integrante (los que me conocen, saben de quien hablo, pero para efectos de la historia le llamaremos F69)
Yo: ¿Y de que se trata la joda man?.
Ignacio: ¡ENFERMEWARRIORS!
Yo: NOOOOOOOOOOO....en media hora estoy en tu puta casa.

Así partió la historia más yeta que Ignacio, F69 y yo hemos tenido en nuestras vidas...

11:00 a la entrada de Vilumanque iba yo en mi antiguo móvil, un Corolla del 91, cuando de pronto veo dos luciérnagas que me indicaban que me detuviera a un costado, así es, dos caradevineros que en segundos estaban pidiendo mis documentos y parteándome por andar con un foco apagado. Por mucho esfuerzo que hice tratando de explicar que mi auto había nacido “Tuerto” nunca me creyeron y huyeron con mi licencia.

11:20 llego a la casa de Ignacio diciendo: “Puta la mala raja compare, en la entrada estaban dos pacos que me partearon por un foco”. Ignacio dijo- salgamos igual si lo vamos a pasar “bieeeeeee”.

11:25 telefonazo a F69 y en tres tiempos estaba bañado, perfumado y hasta con talco en el "Popó", con una sonrisa de oreja a oreja y con los pantalones a medio culo.

11:55 estábamos ya en el depto de una de las Troyanas pensando que hacer, eran malas, más que la cresta, pero en combate...de temer.

12:10 nos dirigimos a un mirador de Andalué a tomar un extraño elíxir que ellas portaban, Pisco era el nombre del líquido mundano.

12:35 frente a Versluys de San Pedro nos chocan por atrás cuando el maldito furgón escolar que iba delante de nosotros frenó en seco y luego se dio a la figa con un montón de viejas dentro de él, gracias a Dios, ningún lesionado humano ni tampoco alguna de las bestias que transportábamos, el choque, solo un descuadre que luego se arregló.

1:00 llegamos después de los disturbios y discusiones al mirador, estábamos tranquilos cuando aparecieron nuevamente los pacos diciendo "aer joenes que tan haciendo, eso no se puede ingerir en la vía pública".

1:10 F69 les decía a los carabineros "mi cabo weón no estamos haciendo nada malo weón, mi casa está al frente y mi viejo es oficial retirao weón, el que anda manejando no ha tomado weón y el papá de este weón era submarinista tambien weón".

1:20 después de advertirnos un par de minutos los pacos se fueron y nosotros también, nos dirigimos nuevamente al departamento de una de las bestias, ahí nos esperaba lo mejor.

2:00 Ignacio pregunta: "¿tienes cartas?" mientras nos sentábamos en una mesa redonda los 6. Sí, contestó uno de los bichos. Juguemos a algo entrete entonces dijo F69.

Ese día conocí el juego de las "cucharas". Cuatro cartas para cada uno, corriendo a la izquierda o a la derecha las que fueran necesarias para quedar con cartas iguales en la mano, el primero que lo lograba decía "cuchara" y tomaba una de las cinco cucharas que estaban en esa acalorada mesa. Cuento corto, siempre había uno que quedaba sin el artilugio en la mano y ese debía pagar prenda.

3:00 no había ingerido una gota de alcohol, Ignacio tampoco pero mi otro socio "F69" adolecía de mareos extraños y sus movimientos eran en cámara lenta. Por más codazos, puntapiés o miradas extrañas que le daba para que agarrara una cuchara y no perdiera más prendas, no había caso y perdió junto con las “peucas” adictas a Film Zone.

4:00 de la mañana aun llevaba puesta cada prenda con la que había salido, Ignacio perdió solo un zapato y F69 sólo llevaba un calzoncillo con forma de carpa, las peucas en ropa interior y justo en ese momento, la yeta nos volvió. Sólo tuve que decir una frase para que pasara, sólo 10 palabras que mataron nuestra ilusión: "te imaginas llega el hermano de una de las peucas". Acto seguido, en dos minutos y tres tiempos el hermano mayor de la peuca menos fea parado frente a frente a nosotros con su hermana a "poto pelé", el muy bastardo se había levantado al baño.

¡Ponte inmediatamente la ropa porque esta es una casa de respeto y estos weones se van de mi casa!.

En tres segundos, ¡les juro que en tres segundos! a F69 se le pasó la caña y sólo atinó a decir: "disculpa compare pero niuna mala onda, era un inocente juego solamente". Eso si que hizo enfurecer al grandulón hermano de la Enfermewarrior y casi llovieron las patadas al más puro estilo del señor Miyagi.

Huimos como soldado que sirve para otra guerra, nos subimos a mi tanque felino e invocamos al ojo de Thundera para que nos guiara a un pronto a comer un vampiro después de tanta batalla con los mutantes y el descontrolado Mumm- Ra.

Fue un día yeta, vertiginoso, enfermerístico, con choques, partes y advertencias, menos mal que salimos vivos.


...al otro día, cuando desperté, miré al estacionamiento y me habían entrado a robar al auto, ¡Damn!...maldita sea.